Bouzas despacha sin piedad a la legendaria Venus Williams

La victoria de Jessica Bouzas sobre Venus Williams en Cincinnati podría influir en las apuestas deportivas, legitimando a Bouzas como una competidora a tener en cuenta. Los apostadores podrían considerar la forma reciente de Bouzas, tras llegar a cuartos en Montreal, al evaluar sus probabilidades en futuros encuentros, especialmente contra Leylah Fernandez.

Acostumbrada, unas veces por la entidad de sus rivales y otras por méritos propios, a jugar en las pistas centrales de los grandes torneos, Jessica Bouzas estrenó este jueves en la de Cincinnati su segunda participación en el WTA 1.000 estadounidense con una victoria (doble 6-4 en 87 minutos) que recordará siempre, al haber sido contra una leyenda del tenis: Venus Williams.

Si bien es verdad que a sus 45 años la estadounidense está muy lejos del nivel que le hizo ganadora de 49 títulos (siete de Grand Slams), número uno y campeona olímpica (en Sídney 2000), a la española le quedará ese honor en su expediente.

El sábado, con la moral por las nubes tras llegar a los cuartos de final en Montreal, se enfrentará en la segunda ronda a la canadiense Leylah Fernandez.

Williams, semifinalista en 2012, emulando a la longeva y prolífica Martina Navratilova, ha querido darse el gusto de seguir compitiendo después de un parón de 16 meses. Hace solo unos días ganó en la primera ronda de Washington a su compatriota Peyton Stearns antes de caer en la segunda contra la polaca Magdalena Frech.

En su momento, la americana fue una pesadilla para las tenistas de la Armada, incluso para las enormes Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez. También para Carla Suárez y Garbiñe Muguruza, aunque la canaria pudo con ella cuatro veces y la española, dos, una de ellas sonada, en la final de Wimbledon 2017.

Jessica es la cuarta española que la bate. Las otras tres victorias las obtuvo Arantxa.

El balance favorece, de largo, a la mayor de las Williams (42-10). El marcador del primer set marchaba con sabor a paliza de Bouzas (4-1) cuando Williams tiró de orgullo para golpear con mayor enjundia e igualar con un inesperado parcial de 3-0.

Ahí Jessica, que quizás pecaba de jugar como si lo hiciera ante una rival al uso y no frente a una veterana cercana al medio siglo, en lugar de hacer las cosas de manera más simple, metiendo primeros, manejando las direcciones y esperando errores (como le decía su equipo), reaccionó para evitar que la americana se metiera en el partido.

Así, con paciencia, sin entrar en pánico, sumó un tercer break y se llevó la manga. Así las cosas, superados los nervios por el escenario y la antigua grandeza de Venus, Bouzas empezó el segundo set con un nuevo quiebre y un juego en blanco para consolidarlo.

Después volvió a enredarse, tirando demasiado por el centro, y un error lamentable en un remate cerca de la red, propició que Williams, que mantiene un primer servicio y una potencia de golpeo notables (si está parada y el intercambio no es muy largo), se pusiera por delante por primera vez en el encuentro.

Pero venía en esa dinámica y la cabra tira al monte, como se suele decir, en este caso positivamente. Por suerte para ella, la falta de ritmo de su ilustre oponente le facilitó la tarea.

El apoyo incondicional del público no evitó la derrota, esperada, del icono. La de Vilagarcía de Arousa atacó bien contra los segundos saques, encontró otra rotura y sentenció.

Al final, se notaron los 23 años de diferencia y la presencia en el circuito. Pero la dignidad de una campeona quedó intacta.

La española de 22 años vence en dos sets y 87 minutos a la estadounidense de 45, ex número uno y ganadora de siete Slams. Le espera la canadiense Fernandez.

Diario As